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¿Qué es un amuleto?

El concepto amuleto deriva de amulētum, vocablo latino. Un amuleto es un elemento que una persona atesora y que suele llevar consigo para protección, buena suerte o alguna otra finalidad. Los seres humanos, desde siempre, hemos sentido la necesidad de ser protegidos y guiados por algo o alguien superior a nosotros mismos. Por ello muchas culturas han adoptado hasta nuestros días un sin números de deidades, objetos y simbologías. Pero en realidad, un amuleto como tal, puede ser cualquier objeto que para ti tenga un significado energético importante: un cristal, una imagen, un objeto de poder, una figura, una reliquia familiar etc. 

¿Dónde se originan?

El uso de amuletos nace con la historia misma del ser humano, se tienen referencias de la existencia de estos objetos desde hace siglos, estando ya presentes en la era primitiva donde han quedado plasmados en multitud de pinturas, muchos de éstos en forma de joyas o de adornos de distintos materiales y formas. Los primeros amuletos en forma de joyas se remontan a Egipto en la época de los faraones hace casi 5.000 años. Estos objetos no sólo traían buena suerte y protegían a su portador, sino que también le identificaban tras la muerte y servían para que los dioses les guiaran hacia el lugar que le correspondía en el más allá. Los griegos y romanos también tenían mucha fe en los amuletos de la suerte. Cada dios del panteón romano estaba asociado con una piedra preciosa, de la que se fabricaban colgantes o figuritas que transmitían los poderes del dios correspondiente a su portador y le traían buena suerte. También se colgaban al cuello una pequeña cajita donde los romanos guardaban textos sagrados, en la creencia de que si la mantenían junto al corazón, el cuerpo absorbería el contenido. Los primeros cristianos portaban bajo la ropa un amuleto de la suerte en forma de pez, buscando la protección divina. En la misma época, los judíos portaban como amuleto de la suerte un colgante de oro que contenía fragmentos de la Torá. Posteriormente, los árabes harían algo parecido, pero con fragmentos del corán. En la edad media, los caballeros portaban amuletos, que junto con encantamientos y rituales, les protegían en las batallas. En el siglo XIX, los amuletos, además de ser objetos mágicos, pasan a tener un propósito estético, de ahí que los diseños fueran cada vez más elaborados. La reina Victoria, por ejemplo, tenía una gran fe en los amuletos y los llevaba en forma de valiosas joyas. En definitiva, los amuletos y talismanes forman parte del conocimiento humano. La fe en el poder de estos objetos es absolutamente universal, así como sus ritos de fabricación.

¿Cómo funcionan los amuletos?

Para poder entender cómo funciona un amuleto tenemos que basarnos de la premisa de que todo lo que existe, por lo menos en el universo en el que nos movemos, es energía. Y La energía, como nos enseñaron en el colegio, no se crea ni se destruye, sino que se transforma y/o se transmite de unos cuerpos a otros. Todos nosotros estamos inmersos en un mundo energético del cual nosotros formamos parte. Somos energía, en definitiva, al igual que todo lo demás. Aunque esa energía en su más pequeña esencia sea la misma, vibra en frecuencias diferentes para cada ser que existe. Color, sonido, olor, gusto, tacto, no son más que diferencias de vibración que detectan nuestros sentidos. Es justamente esa diferencia vibratoria la que nos hace diferenciar unas cosas de otras. 

Un amuleto es un “objeto “y como todo lo que existe tienen una energía con una frecuencia vibratoria. Esa energía se transmite de la misma manera que se transmite el calor. Ej: Si acercamos dos objetos con una diferencia de temperatura, esta tendera unificarse en los dos cuerpos, es decir el que tiene mayor temperatura cederá una parte al otro hasta que ambos se encuentren a la misma temperatura.  

Pues bien, considerando que la energía es influenciable modificando su frecuencia vibratoria podemos explicar porque los amuletos funcionan. El solo hecho de portar o conectar con alguno nos permitirá vibrar en esa frecuencia alterando nuestro campo vibratorio. 

Diferencia entre amuleto y talismán

El amuleto puede llegar a su dueño porque este lo halló, porque le fue regalado o porque lo compró. En cualquier caso, su adquisición es tan simple como su forma y función; es decir, basta tenerlo y confiar en él. En cambio, el talismán debe ser preparado o fabricado idealmente por un experto, quien buscará y reunirá los elementos necesarios y le enseñará a su propietario el ritual para que conserve sus poderes y propiedades originales. Pero también si ya poseemos algunos conocimientos energéticos y/o ancestrales que nos permitan crean un objeto de poder, podemos nosotros mismos crear nuestro talismán. 

En realidad, la gran diferencia entre amuleto y talismán, es que por lo general el amuleto se encuentra o se compra y el talismán se crea o se construye con diferentes elementos y una función especifica.

¿Qué pasa con la sugestión?

La sugestión podría convertirse incluso en un valor añadido al amuleto. En realidad la sugestión actúa como la “carga” que ha obtenido el símbolo con el paso del tiempo. Un objeto que nos haya “traído suerte”, por poner un ejemplo, una vez y que lo utilizamos, para probar suerte, una segunda vez y también obtenemos el efecto deseado, puede convertirse en nuestro amuleto por sugestión. Si ese objeto lo transmitimos a nuestros hijos, por ejemplo y éstos lo utilizan y les da resultado y lo siguen transmitiendo a las siguientes generaciones, lo terminarán cargando sucesivamente con la intención y terminará por ser un objeto de poder, aunque empezara por mera sugestión. 

 

Símbolos del mundo

 

ÁRBOL DE LA VIDA: El árbol de la vida es fuente de conocimiento y simboliza varias cosas: el aliento vital, el alimento tan necesario para la vida y la conexión entre esta vida y la siguiente. A su vez, cada una de las distintas partes del árbol de la vida simbolizan algo diferente. Las raíces simbolizan la conexión con la madre tierra, el tronco simboliza la fuerza necesaria para mantenerse y sentirse vivo, las ramas simbolizan el deseo de crecer y alcanzar objetivos cada vez más altos, las hojas simbolizan la necesidad de buscar el sustento y los frutos simbolizan la entrega a los demás. En la tradición budista, el árbol de la vida es también el árbol bajo el que Buda alcanzó la iluminación.

OM: Om es el mantra más sagrado, tanto en el budismo como en el hinduismo, la forma sonora de nuestro yo divino (atman), por eso todos los mantras comienzan por la palabra Om. Representa el universo (brahman) y cantar el mantra Om durante la meditación simboliza el lazo que nos une con lo universal, la armonía con todo lo que nos rodea y la unión de lo físico con lo espiritual. Llevar encima el mantra Om como amuleto de la suerte nos transmite la energía cósmica del universo.

HERRADURA: Una herradura es un amuleto de la suerte muy popular en la cultura occidental. El origen de esta creencia está en los tiempos en los que el correo llegaba a caballo. La llegada del correo significaba tener noticias de los seres queridos. La herradura como amuleto de la suerte aleja los males e impide que el demonio entre en las casa, de ahí que es típico clavar una herradura en la puerta de entrada a la casa. La herradura se debe colocar con las puntas hacia arriba, para acumular la buena suerte, aunque hay quien cree que sí apuntan hacia abajo, la herradura derrama la buena suerte sobre los que viven en la casa. 

OJO TURCO: El ojo turco, en árabe nazar, es un amuleto contra el mal de ojo. La primera referencia al mal de ojo aparece hace unos 5.000 años en Mesopotamia, aunque parece que esta creencia ya existía en el Paleolítico. Todas las culturas recogen el mal de ojo: cristianos, judíos, musulmanes, hindúes y budistas. Se trata de una maldición causada por la mirada malintencionada de alguien, generalmente motivada por la envidia, que trae la mala suerte y causa la desgracia.

FLOR DE LA VIDA: La flor de la vida es un patrón geométrico hexagonal compuesto de muchos círculos que se solapan hasta formar un diseño parecido a una flor. En la flor de la vida, el centro de cada círculo está en la circunferencia de los seis círculos que le rodean, hasta formar un total de 19 círculos totales y 36 parciales, todo ello rodeado de un gran círculo. La perfección de las proporciones y la armonía de la flor de la vida se conoce desde la antigüedad y se encuentra en numerosas manifestaciones artísticas. La flor de la vida tiene un significado espiritual y es la expresión visual de que las vidas de todos los seres que habitan sobre la tierra están interconectadas. También representa la forma fundamental del espacio y del tiempo y además, forma parte de la geometría sagrada y contiene un registro con información básica sobre toda la creación y todos los seres vivos.

SEMILLA DE LA VIDA:
Este símbolo representa la conexión de la vida y del espíritu dentro del universo. Es considerado un símbolo sagrado por qué tiene dentro toda la información de todo lo que existe y es la formadora de una matriz energética.

La base de su diseño es el círculo, y en la geometría sagrada, los círculos representan ciclos. En este caso, los siete círculos a menudo se comparan con los siete días de la creación, y se atribuyen a diferentes puntos en la creación del universo. La superposición de los círculos muestra que estos eventos tampoco ocurrieron independientemente uno del otro, sino que cada uno está íntimamente conectado con el siguiente, construyéndose sobre lo que sucedió antes.
Sabías que si continuamos agregando círculos y expandiendo el diseño, entonces la “Semilla de la Vida” crece y se convierte en un símbolo conocido como la “Flor de la Vida“??

Espero esta información te haya servido de ayuda.

Te abrazo,

Nicole